El show mediático en torno a la muerte de Miguel Uribe Turbay

MENTEFUCK

Iván Garavito

8/20/20252 min read

La reciente muerte de Miguel Uribe Turbay, figura política y miembro de una familia históricamente influyente en Colombia, ha revelado una vez más una realidad incómoda: cómo la tragedia personal puede convertirse en un espectáculo mediático. Lo que debía ser un momento de respeto y duelo terminó siendo usado por muchos medios como material para el sensacionalismo, priorizando la primicia sobre la dignidad.

Las transmisiones en vivo, los titulares cargados de morbo y las imágenes repetidas hasta el cansancio reflejan la lógica del rating: no se busca informar con sobriedad, sino capturar audiencias a cualquier costo. Se explotó el dolor familiar, se amplificaron rumores sin verificar y se construyó una narrativa de telenovela en torno a un hecho profundamente humano.

Este tipo de coberturas no son nuevas. En Colombia, la tragedia siempre ha sido un insumo rentable: desde magnicidios hasta accidentes, la prensa ha sabido convertir la desgracia en mercancía. El problema no es solo ético, sino cultural: hemos normalizado consumir la desgracia como entretenimiento. El público lo demanda, y los medios lo entregan con morbo y exceso.

Pero más allá de la noticia inmediata, queda una reflexión de fondo: la memoria de Miguel Uribe Turbay, sus aportes políticos, sus aciertos y errores, corren el riesgo de diluirse bajo la sombra del espectáculo mediático. Cuando el dolor se vuelve mercancía, la historia se distorsiona y la posibilidad de un debate serio sobre la vida y el legado del fallecido se pierde.

El reto para el periodismo colombiano es evidente: recuperar la ética, poner límites a la espectacularización del dolor y entender que informar no significa mercantilizar la muerte. Si no se asume con responsabilidad este papel, seguiremos atrapados en un círculo vicioso en el que la tragedia solo sirve para llenar minutos de transmisión y clics en portales digitales.

En última instancia, lo que el show mediático alrededor de la muerte de Miguel Uribe Turbay desnuda no es solo la crisis del periodismo, sino también la fragilidad de una sociedad que ha aprendido a mirar la tragedia como espectáculo y no como una oportunidad para reflexionar sobre su propia historia.